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Más de 500 metros de un tramo de la vía que comunica a San Vicente de Chucurí (Santander) con Bucaramanga amanecieron destruidos este sábado por la acción de una falla geológica que se activó en el sector conocido como Peña de Oro.

La carretera presenta hundimientos y enormes grietas que imposibilitan el tránsito de vehículos hacia una de las regiones considerada una importante despensa agrícola del departamento, pues allí se producen a gran escala cítricos, cacao, aguacate y plátano, entre otros alimentos.

Liseth Espinosa, coordinadora de Gestión del Riesgo en San Vicente, indicó que el hecho se registró a 5 kilómetros del casco urbano de la población, en la vereda El Cerro.

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"Hace dos años ocurrió lo mismo allí, pero desconocemos si la falla se reactivó por las fuertes lluvias de los últimos días o los temblores continuos que hemos registrado las últimas semanas", indicó la funcionaria del pueblo con 39.000 habitantes y situado a 90 kilómetros de la capital santandereana.

Precisamente este sábado, a las 8:41 a. m. ocurrió en el cañón del Chicamocha un sismo de 4,8 de magnitud a 10 kilómetros de Los Santos, con una profundidad de 143 kilómetros que se sintió en la región y en departamentos vecinos.

César García, director de la Unidad de Gestión de Santander, indicó que una comisión técnica de su Unidad y la Secretaría de Infraestructura se trasladará a la zona afectada para realizar una inspección y determinar un plan de acción para recuperación de la vía.

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El desplazamiento entre Bucaramanga y San Vicente de Chucurí dura casi dos horas, tiempo que aumentará en 30 minutos porque los conductores, antes de llegar al tramo destruido, deben desviarse por el sector La Plazuela para tomar la ruta de Cantarranas. Otras opciones son desviarse por Zapatoca o Barrancabermeja en recorridos que aumentan entre una y dos horas el viaje.

El lunes próximo la Gobernación, a través del sistema departamental de Gestión del Riesgo, advertirá a los alcaldes de los 87 municipios de Santander sobre las prevenciones que deben adoptar frente a la temporada de lluvias que se avecina.